Los composites dentales están compuestos principalmente por tres materiales químicamente diferentes:
Los principales factores a tener en cuenta en la elección de un composite son la ubicación de la cavidad y los requerimientos estéticos.
Principales aplicaciones de los diferentes tipos de composite:
Composite anterior
Empleado en restauraciones dentales donde prevalece un acabado estético natural. Aporta un elevado brillo de larga duración. Permite modificar el color, la forma, el tamaño de la pieza dental sin tallado.
Composite posterior
Especialmente indicado para la restauración de piezas posteriores; pensado para resistir la mayor presión masticatoria de las piezas posteriores, con resultados fiables y duraderos.
Composite fluido o Flow
Se caracteriza por su gran adaptabilidad, lo que facilita su manipulación. Se emplea principalmente para la obturación de pequeñas cavidades, fisuras o caries de muñón.
Composite universal
Pensado para ser aplicado en restauraciones estéticas anteriores y posteriores. Se encuentran en una amplia gama de tonos y formatos (jeringa, cápsula o fluido).
Composite autopolimerizable
No requiere aplicación de luz. Se utiliza para la reconstrucción de muñones y para la obturación de cavidades en dientes posteriores.
Composite Bulk Fill
Diseñado para evitar la colocación de múltiples capas. Permite la curación en profundidad, buena integridad marginal y aplicación grandes volúmenes. Simplifica la colocación y ahorra tiempo.
Composite de ortodoncia
El composite de ortodoncia suele ser fotopolimerizable. Su composición libera flúor tras su aplicación, por lo que se usa principalmente en el cementado de brackets y la unión ortodóntica de bandas.